El tiempo se descompone en mis heladas manos,
mi gargante se cierra,
mis ojos se inyectan de sangre,
mis dedos descubren que hay debajo de la piel.
Ahora es tu turno.
Golpe tras golpe, vos los dijiste,
soy un animal,
y esta noche me apetece el instinto.
Un grito agudo
se transformo en un estertor
rojo como la sangre.
Estas rota.
Ambos lo estamos.
Deshechos...
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