La vida se torno una tormenta.
Una terrible tormenta,
solo los ciegos la oyeron avecinarse,
por desgracia de ellos y su conciencia
el resto podía ver,
pero no oír.
Así es que sentados
usaron sus ojos para lo único
que les eran útiles,
llorar...
Inmóviles, los ciegos,
soltaron la mitad del alma que les quedaba
,aquella que es inútil y mentirosa,
dejando de hablar.
Apartándose de todo en sus jaulas, esperaron...
Mientras los sordos vomitaban lenguaje, esperaron.
El arpa de la tormenta rugía
cada vez mas fuerte.
La relajación se torno imposible,
y avanzo... sin prescindir de ningún sentido
avanzo...
Los otros se movían
perdidos en la zona cero,
desorientados en su angustia.
Aun así dijeron raro,
¿Raro?
Los ciegos levantaron el puño
y la tormenta comenzo.
Hoy en día solo se puede escuchar
algún que otro mudo haciendo ruido
Constantemente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario