Frente al librero, mi única oportunidad de escape,
tomo el mismo libro, leído ya mil veces, siendo cada una de ellas decepsionantes.
¿Porque torturarme de esta manera? Esta vez no.
Sin abrirlo, contemplo todo lo que prometía, todo lo que no me dejo.
Le regalo un ultimo repaso... Lo olvido, cada una de sus paginas,
cada una de sus palabras... destruidas,
eliminadas de mi memoria, de mi realidad.
Lejos de todos sus venenos.
Ahora tengo un libro nuevo, distinto,
del que puedo disfrutar sin obligaciones,
al que puedo leer bajo una nueva perspectiva, con esa sensacion satisfactoria
ya olvidada, justo como era todo antes.
Al que puedo leer.. Cada maldito día de ocio.
Hasta que sea corrompido, sin dudas, de la misma manera que mi libro anterior.
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